Mesero discretamente le entrega una nota a un hombre para impedir que le pida matrimonio a su novia – Historia del día

Un tipo estaba a punto de pedirle matrimonio a su novia cuando sintió que le metían algo en el bolsillo: era una nota del mesero, pero ¿qué decía y a qué venía tanto subterfugio?

Roy estaba en su mejor momento. Este hombre de 24 años, muy aficionado a los ordenadores y a la tecnología digital, era desarrollador de software y ganaba mucho dinero con sus productos.

Era un profesional en lo que hacía, y su trabajo le daba autonomía sobre cómo emplear su tiempo. En consecuencia, estaba realmente satisfecho con su suerte en la vida.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Tenía una novia llamada Karen, a la que había conocido hacía más de seis meses. Era una mujer hermosa, de curvas exuberantes y piel de marfil, que parecía tan enamorada de él como él de ella.

Roy cuidaba de sí mismo, de su novia y de sus padres, que vivían juntos bajo su techo. A sus padres les gustaba Karen, y el sentimiento era mutuo.

Tenían tan buena relación que la mujer estaba más que encantada de apoyar y prestar ayuda siempre que Roy estaba en el trabajo. Sus dos padres tenían artritis y algunas actividades les resultaban imposibles, así que Karen les ayudaba a menudo.

A Roy le encantaba que hiciera eso por sus padres y, al cabo de un tiempo, el enamorado empezó a considerarla como una opción para el matrimonio, y sus padres se mostraron totalmente a favor.

“Has tardado bastante”, le dijo su madre, Lana, cuando le reveló su deseo de casarse con Karen.

“Aquí no tendrás objeciones, hijo”, dijo también su padre, feliz de que su hijo hubiera encontrado por fin a su alma gemela.

Galvanizado por sus palabras, Roy decidió seguir adelante con su plan. Un día salió a comprar un anillo de boda único que sabía que le gustaría a Karen.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Voy a hacerlo”, se dijo, tratando de calmar sus nervios extenuados mientras marcaba su número.

“Hola, amor”, dijo cuando ella descolgó. “Sé que esto no viene a cuento, pero ¿te apetece venir conmigo a Alberto’s?”.

Era su restaurante favorito, el mismo lugar donde se conocieron. “¡Por supuesto, estoy hambrienta!”, exclamó ella con su voz entrecortada que tanto le había llegado a gustar.

Mientras cenaban en el restaurante, Roy se dio cuenta de que allí trabajaba un mesero nuevo. El hombre parecía mirarles fijamente cuando entraron, y continuó haciéndolo durante toda la velada.

Más tarde, el mesero les trajo dos copas de vino. Mientras colocaba la bandeja en la mesa, un agente de seguridad llamó a Roy por su nombre. “Hola, señor, acaban de desalojar su automóvil por estacionamiento indebido”, dijo.

Roy corrió rápidamente al exterior, pero su automóvil seguía allí: era una broma. Cuando volvió a su asiento, pasó el mismo mesero nuevo y dejó caer accidentalmente la bandeja al suelo, cerca de la pierna de Roy.

Hizo ruido, pero nadie se dio cuenta por encima del barullo de la conversación tranquila y la música suave. Cuando el mesero se agachó para recogerla, deslizó con cuidado un papel en el bolsillo de Roy y le miró a los ojos.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Roy no estaba seguro de lo que ocurría, pero comprendió que el hombre intentaba ser discreto, así que le siguió el juego y abrió silenciosamente la nota por debajo de la mesa.

Contenía un mensaje sencillo: “¡No te bebas el vino! La policía está de camino”.

Roy se quedó perplejo. ¿Qué está pasando?, se preguntó mientras intentaba mantener la compostura.

Al cabo de 5 minutos, llegó la policía y Karen fue detenida. Roy seguía sin entender lo que estaba pasando hasta que el mesero gritó: “¡Deprisa, a casa!”.

Acompañado por la policía, Roy se dirigió apresuradamente a su casa, y cuando llegaron, encontraron a un hombre que salía corriendo de la casa con una bolsa. Resultó que el hombre era el esposo de Karen. Llevaban cuatro años casados y se dedicaban a robar.

Roy se alegró de que sus padres hubieran estado en el cine, por lo que estaban fuera de peligro. Más tarde volvió al restaurante, donde pudo hablar con el mesero que le había salvado.

El hombre le contó a Roy que se había mudado a la ciudad desde una ciudad a 241 kilómetros de distancia y que también había sido mesero allí.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Hacía un año, Karen había estafado a un hombre rico poniendo somníferos en su vino mientras su hombre robaba en su casa. En aquel momento se salió con la suya, pero, afortunadamente, el mesero la reconoció enseguida y empezó a pensar en cómo ayudar a Roy.

“No podía dejar que volviera a salirse con la suya”, dijo.

Roy agradeció al hombre su amabilidad y le recompensó con una gran suma de dinero, diciendo que le había salvado. Mientras tanto, Karen y su marido fueron llevados ante el tribunal y condenados a penas de cárcel por sus actos.

Más tarde, Roy la visitó en la cárcel para contarle lo mucho que le había hecho daño, pero ella no mostró ningún remordimiento. En lugar de eso, la mujer sólo se rió de él. Pero a Roy no le importó. Sabía que ella había perdido su apuesta.

“Espero que algún día te des cuenta de lo que significa que te traicione un ser querido”, le dijo mientras la dejaba riéndose maníacamente.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué hemos aprendido de esta historia?

  • El mal nunca quedará impune. Karen y su marido llevaban tiempo robando a hombres ricos, pero Roy fue rescatado por el buen samaritano y se aseguró de que Karen y su marido recibieran su merecido.
  • Si puedes hacer algo, haz algo. Si el mesero hubiera decidido hacer la vista gorda ante la presencia de Karen y lo que significaba, ella se habría salido con la suya robando a Roy. Sin embargo, el mesero decidió ayudar y, a cambio, fue recompensado por ello.

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les inspire.

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